Para mí, la memoria histórica trasciende la trillada sinfonía del llanto por el pasado. La memoria histórica ha sido relegada por algo vulgar y parecido a la costumbre y el celebracionismo de hechos importantes de la historia, reducidos a fechas marcadas en viejos calendarios. Algo mecánico.
Así, me atrevo a caracterizar esa vulgar idea de la memoria histórica, como una simple recordación histórica. Un simple viaje por hechos del pasado que aún habitan, agónicos, en algún imaginario colectivo. Lo anteriior expreso en consignas y realidades que no se corresponden. Una anacronía funcional al olvido histórico y práctico.
Para mí, la memoria histórica comprende dimensiones práxicas. Es una forma de vida basada en la militancia y no en la simple afiliación a los hechos históricos; esto significa la capacidad de reconstrucción, construcción, y deconstrucción de la historia en la subjetividad de las personas. Es aquí donde se articula la dialéctica entre la biografía y la memoria de la estructura social.
Nos enfrentamos al recordacionismo, celebracionismo y olvido histórico práctico. Vemos el gasto de recursos, si lo vemos desde los costos económicos, para ver salir un desfile que tiene un mote de autobufo. Se concentran personas, se desfila como costumbre en marchas nada combativas, se grita y se goza y se manchan paredes; todo sin contenido consesuado sobre la realidad toda de nuestros países.
Sin ninguna propuesta articulada, de contrucción colectiva, que siga el hilo de la historia y evolucione junto a la historia, de manera revolucionaria, seguiremos siendo simples recordacionistas o celebracionistas.
La memoria histórica es mucho más que sólo recordar. La memoria histórica se nutre del amor por el pueblo, la construcción de conocimiento colectivo, la crítica a las izquierdas conservadoras y funcionales al sistema y la acción inteligente y rebelde, producto de procesos serios de formación y construcción de un sujeto librepensante, no desde abajo y a la izquierda, trillada persignación, sino, enfatizo, desde la razón colectiva, creativa, nueva, viva, amorosa, militante y combativa.
Así, nuestro adversario no olvidará que hace años no pudo dormir tranquilamente.