Antes fuimos la calma furtiva,
la luz primera detrás de los árboles,
la nostalgia aún semilla, la certeza,
el secreto hoy parido al viento
el vuelo de los pájaros, el crepúsculo…
el recuerdo que nace rebelde
como la flor entre las rendijas,
aquella nacida en las manos,
entre otros botones…
ahora somos el llanto frondoso
que reúne al fino caudal de la lluvia
con las aves poderosas de todas nuestras lágrimas.
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