Algunos camiones recolectores de basura tienen hierros que hacen como las campanas cuando llaman a misa; otros tienen pitos como aquellos que anuncian la salida o llegada de viejos trenes en las estaciones.
La forma de convocatoria efímera de estos camiones se puede lograr con un enérgico estilo de imitación usando nuestra cavidad bucal y una fuerza emanada desde los pulmones.
Roberto tiene una fabulosa carreta con la que recoge, a cambio de unos centavos, desechos domiciliares en el Cerro de los cusucos. Para anunciar su servicio hincha sus pulmones y grita, imitando con su voz el ruido que invita a la gente hasta los camiones municipales que recogen la basura, como si él mismo fuera uno de ellos: ¡Pop-pooop¡.
En fin, Roberto es todo un pito. Dicha habilidad le llevó a merecer aquel sonido como su propio nombre propio. Y la palabra se hizo hombre y habitó entre nosotros.
Amén.
Por casualidad tuve el honor que «Zig Zag» llegara a mi correo, me gusta leer la Sombra de las Hormigas, por ello elegí que llegaran a mi buzón cada nuevo post, por si me pierdo de algo. Veo que ya no está aca pero lo conservo en mis archivos. Muy bueno igual que todos. Saludos
Gracias, creo que lo publiqué sin revisarlo, sin darle tiempo. Cuando esté ya bien revisado lo publico de nuevo. Abrazos.
Desde En Humor Arte te he nominado para premio Mentalparadise Blogfriends Award. Gracias por las palabras, las historias, los textos con que mi blogósfera se embellece. Puedes seguirlo a partir de este enlace: http://veronicaboletta.wordpress.com/2014/08/05/otro-para-mi-orgullosa-coleccion/
Mis felicitaciones y saludos